Mini historias + Comienzo de historia

Como tengo muchas ideas en la cabeza creo que este sitio me servirá para sacarlas a la luz :P La primera que hago será sobre dos personajes uno inventado y otro que ya está en un anime. El del anime, que es el chico, es Crocodile o Cocodrilo como querais llamarlo.

Lo sé historia extraña pero esque quiero hacerla >.< la seriedad de Crocodile me interesa mucho para la historia. La chica es inventada y se llamará Yuri.

AVISO: todo gira al rededor de Impel Down (una prisión que no inventada por mí si no por Oda) asique seguramente no es tan historia inventada pero tiene muchas cosas que me apuesto a que no saldrán en la serie. La historia tendrá más de un capi jjeje ^^

Impel Down la prisión más grande, terrorífica y despiadada de todo el mundo. Es oscura, húmeda, fría y inexpugnable. Los gritos de dolor son enormes y los de desesperación aun más. Allí los guardias, carceleros, torturadores y los Almirantes no tienen piedad con nadie... da igual que su crimen haya sido más bajo que el de otros lo torturan y lo maltratan en el nivel que está hasta que muere de puro dolor o de desesperación mordiendose la lengua. Cada nivel es un infierno siendo así el siguiente peor que el anterior, nadie quiere bajar más abajo pero lo que quieren es subir un nivel y eso... es imposible para ellos.

Nivel 1: allí las torturas son el punto fuerte y cada día los carceleros los meten a un campo de hierba afilada como una espada (descalzos) y dandoles latigazos los obligan a clavarse los pies en la hierba sangran y incluso muriendo.

Nivel 2: los guaridas no lo vigilan pero aun así nadie intenta escapar por miedo a que los mountros que viven allí se los deboren. Si alguien grita un guardia acude y los encierra junto a un tigre enorme y lo debora sin piedad alguna.

Nivel 3: un desierto infernal donde el calor mata a los prisioneros encerrados en sus celdas. No les dan de comer ni de beber matandolos en vida y la arena que pisan es simplemente arena que dejan los cadaveres muertos.

Nivel 4: es un infierno donde el calor es el doble que en el anterior. Es una plataforma encima de un rio de sangre hirviendo y un mar de llamas. Los prisioneros, o son tirados al mar o al rio o simplemente los utilizan para transportar la madera que hace que el fuego del mar se avive más y más.

Nivel 5: posiblemente el lugar más frío del mundo. Los prisioneros son encerrados en sus celdas congelandose lentamente hasta morirse. Si un prisionero escapa de su celda o muere de congelación o es devorado por una banda de lobos blancos asesinos.

Nivel 6: el último y el peor de todos. Allí meten a las personas con los crimenes más peligrosos de todos, tanto, que no se pudo publicar en el periódico.

Crocodile estaba allí, en su celda, con aquellas esposas de Kairoseki. Sentado en el suelo y con la espalda apoyada en la pared miraba como los guardias (que eran minotauros) entraban en celdas y golpeaban al primer sujeto que encontraban atizandolo hasta dejarlo insconciente.

Así era la vida allí, un día te levantabas y podías estar en la sala de torturas o simplemente que por rifa toque a una persona ser atizada hasta quedarse medio muerto.

Él había tenido suerte, nunca se había despertado en la sala de torturas y por ahora solo le habían dado una paliza en la cual no sintió gran dolor lo único que hizo fue hacer como si estuviera muy débil dejandose dar hasta que en pocos minutos se cayera al suelo insconciente. Así era su vida en aquel maldito infierno. El sonido de unos tacones hizo que todos los hombres que estaban en otras celdad, e incluso él, miraran hacia las escaleras para ver quien bajaba allí. Posiblemente sería un guardia para cambiar el turno a su compañero o un carcelero que llevaba a un prisionero... había varias posivilidades pero no fue ninguna de las que Crocodile tenía en mente cuando terminó de bajar las escaleras por los pasillos apareció una mujer de pelo largo y rubio con los ojos verdes en su mano izquierda llevaba un látigo largo y temerario. Apartó la mirada lentamente, sabía quien era aquella mujer... una Almirante que torturaba a los prisioneros severamente sin pensarselo ni una sola vez. Como cada semana la chica bajaba a aquel lugar y al azar escogía a su victima llevandola a la sala de torturas y torturandolo hasta dejarlo totalmente insconciente. La semana pasa se llevó a un hombre y jamás volvió... la gente decía que a veces algunos de los prisioneros morían de dolor.

-Veamos...- murmuró mirando las celdas- ¿quien será el afortunado esta semana?

Todos se asustaron apartandose de los barrotes y metiendose en la oscuridad de la celda, intentando ocultarse pero ella sabía que estaban allí temblando de miedo y eso... le encantaba. Miró la celda de Crocodilo, no se había movido y miraba el techo pensativo. Él nunca se sentía asustado ni amenazado cuando estaba esa mujer allí eligiendo a su victima.

Se acercó a la celda y lo miró con una sonrisa sensual y tan hipnotizante que cualquier hombre habría caido a sus pies pero él no era de esos... sabía mantenerse ante una mujer y estaba demasiado en sus pensamientos como para darse cuenta de que iba a ser el elegido aquella semana.

-Tú- le llamó, Crocodile le miró-, te vienes conmigo